Solo el amor...

Lo conoció por azar o como muchos dirían por suerte, esto de los medios electrónicos tiene muchas ventajas, ella podía estar en casa muy cómoda frente a su portátil y el al otro lado del mundo peleando por la “liberta”.

Ella llevaba una vida tranquila, su vocación era enseñar, el amor no le había jugado limpio, pero como todos los soñadores sabía que más que un príncipe azul debía llegar a su vida todo un luchador, así fue que llego el hombre callado y amable de mirada cálida, era organizado y metódico como todos los que decidían llevar el escudo y el honor en el pecho.

Para los incrédulos conocer alguien por correos electrónicos no cuadraba, siempre hay muchas dudas, siempre existen los miedos, también están los que apuestan al destino y ganan, pero de esa historia ya hace un buen tiempo, ahora solos nos cuesta esperar y confiar.

Ella y él un día tuvieron fe en el futuro, vieron la esperanza en la palabra amor que muchos ya dejaron de mencionar, entonces sucedió el milagro, aunque el joven soldado se fue lejos otra vez, nunca nada será igual que antes, dejo una parte importante en ella y así fue como en su vientre hace cinco meses se forma y crece la vida, para demostrar nueva vez que ni la absurda guerra entre los mortales, ni las diferencias e intolerancias entre familia, le van a quitar la facultad tan bella qué tienen algunos de todavía ser SERES HUMANOS.

Para Madeline & Joe

Debes amar la arcilla que va en tus manos

debes amar su arena hasta la locura y si no,

no la emprendas que será en vano

sólo el amor alumbra lo que perdura

sólo el amor convierte en milagro el barro.

Debes amar el tiempo de los intentos

debes amar la hora que nunca brilla

y si no, no pretendas tocar los yertos

sólo el amor engendra la maravilla

sólo el amor consigue encender lo muerto

sólo el amor engendra la maravilla

sólo el amor consigue encender lo muerto.

Silvio Rodriguez