Paví...
Querido abuelo Paví, hoy cumples 90 años, tal vez para ti 9 décadas pesan como plomo sobre tus hombros, para nosotros es una alegría tenerte con nosotros y que hayas estado en los momentos más importantes de nuestra vida.
Los recuerdos más gratos de mi niñez están matizados de alegría y seguridad por tantas cosas aprendidas a tu lado, en vacaciones era un placer una tarde de piscina junto a ti, tus lecciones de cómo nadar, me enseñaste la tabla de multiplicar, me ayudabas a entender mis tareas, contigo aprendí a amarrar mis cordones.
También las tardes en el mirador, en el malecón, a comer helados, todas están como álbum de fotos plasmadas en la memoria y hoy sonrío con nostalgia al recordar tantas cosas.
De ti aprendí tempranas lecciones de honestidad, de que un hombre más que dinero tiene su honor y su palabra, el poder dormir tranquilo sabiendo que no ha hecho nada malo, a no doblegarse delante de gente por que tienen poder, eso lo aprendiste en tu juventud, cuando no te le rendías pleitesías a ningún “jefe”.
Hoy le doy gracias a Dios por ser tan afortunada de tenerte, de poder celebrar tu vida en vida y que hoy todos los que te queremos nos unimos a ti para festejar que en tu pastel no quepan tantas velitas, pero en tu corazón hay mas de noventa sonrisas, noventa consejos, noventa razones por las cuales Dios te tiene en un lugar muy especial.
¡Felicidades Paví!
Los recuerdos más gratos de mi niñez están matizados de alegría y seguridad por tantas cosas aprendidas a tu lado, en vacaciones era un placer una tarde de piscina junto a ti, tus lecciones de cómo nadar, me enseñaste la tabla de multiplicar, me ayudabas a entender mis tareas, contigo aprendí a amarrar mis cordones.
También las tardes en el mirador, en el malecón, a comer helados, todas están como álbum de fotos plasmadas en la memoria y hoy sonrío con nostalgia al recordar tantas cosas.
De ti aprendí tempranas lecciones de honestidad, de que un hombre más que dinero tiene su honor y su palabra, el poder dormir tranquilo sabiendo que no ha hecho nada malo, a no doblegarse delante de gente por que tienen poder, eso lo aprendiste en tu juventud, cuando no te le rendías pleitesías a ningún “jefe”.
Hoy le doy gracias a Dios por ser tan afortunada de tenerte, de poder celebrar tu vida en vida y que hoy todos los que te queremos nos unimos a ti para festejar que en tu pastel no quepan tantas velitas, pero en tu corazón hay mas de noventa sonrisas, noventa consejos, noventa razones por las cuales Dios te tiene en un lugar muy especial.
¡Felicidades Paví!
Cabellos blancos, es recuerdo
un sin fin de vida es el abrigo
de un tesoro de memoria y sabiduría
es una expresión de vanidad de un
cuento de nostalgia
por la mocedad perdida
Cabellos blancos de mi abuelo
cabellos blancos de mi papá
de cabellos blancos, también yo
son el símbolo de pureza
es la ley de la naturaleza
volteas hacia el cielo
mirando a Dios y su Grandeza.